A solicitud del padre de familia que compartió su historia y por razones de privacidad, los nombres que se presentan en la historia han sido modificados.
Comenta Manuel que son un matrimonio que actualmente tienen 10 años de casados, ambos siempre habían deseado tener un hijo (a), sin embargo Carolina fue diagnosticada con la prolactina muy alta; esto provoca la imposibilidad de que los folículos alcancen el tamaño adecuado para propiciar la gestación. Por esta razón, ella se sometió a varios tratamientos para quedar embarazada, pero ninguno tuvo el resultado deseado.
“Tenemos un matrimonio muy bonito, pero por cada atraso de 15 ó 22 días en el periodo menstrual de Carolina era una ilusión, y cuando la menstruación se hacía presente, ella se ponía triste y se deprimía. Carolina siempre me comentaba la opción de adoptar, pero yo no quería, estaba muy “metido” en las cosas de la iglesia y siempre creí en un pasaje bíblico que dice "en mi casa no habrá mujer estéril, y habrá gran descendencia". Confiado en este pasaje bíblico me reusaba considerar la idea de la adopción.
Mi esposa siempre ha ido donde Sandra a hacerse el manicure, en una ocasión ella le comentó a Carolina que una joven estaba embarazada, a raíz de una violación, adicional a lo complicado que podía ser la situación por la forma en la que se dio la gestación del bebé, la progenitora consumía drogas, deambulaba por las calles, y rechazaba a Carlos (él bebe que llevaba en el vientre). Carolina, me decía, que lo adoptáramos, pero yo me seguía negando.
Pasaron 5 meses y un poco más, y para ese entonces ya Carlitos tenía 23 días de nacido. Por la situación de la madre, Sandra (la manicurista), cuidaba a Carlos… pero con poco afecto para no encariñarse… Un día como tantos mi esposa fue donde ella hacerse las uñas, y Sandra le dijo que cuando quisiera podía cuidar del niño. Carolina ilusionada ese mismo día se lo llevó a casa.
Recuerdo que cuando Carolina lo llevó, estaba abrigado con una cobija que olía a humo, con un chupón viejo; conmovidos por la situación esa noche nos fuimos a comprar algunos artículos para el bebé. Pasamos una mala noche… ya que como no teníamos los implementos necesarios, Carlitos durmió con nosotros. Yo nunca he tenido hermanos menores, y por ello no tenía mucha experiencia cuidando bebés. El niño lloraba mucho pero apenas Carolina lo alzaba dejaba de hacerlo.